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15. "Presencias ocultas". Proceso de realización

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1. Para crear parte del fondo de la construcción fotográfica se emplean tres fotos de paredes y una de una persiana. Pri-mero se mejoran sus enfoques, se aplican los ajustes espe-cíficos que se deseen a cada una y se recorta la persiana. Posteriormente se modifican sus posiciones girándolas hacia la izquierda. Por último, se superponen las fotos en capas, en el orden en que aparecen, y se practican fusiones dife-rentes escogiéndolas de las que ofrece el programa informá-tico de tratamiento de la imagen, a base de experimentar.

3. Teniendo en cuenta las imágenes que se van a su-perponer, se efectúan modificaciones a convenien-cia, por medio de clonaciones y traslados de man-chas de color de unos lugares a otros.

2. Del proceso anterior se obtiene esta imagen que, girada hacia la derecha, es una obra propia titulada “Arribando a la abstracción 79” (Octubre de 2011).

4. Se completa el fondo de la construcción haciendo uso de una foto de la maquinaria de un reloj to-mada de Internet.

5. Antes de recortar la foto, se selecciona la pieza circular que aparece en la parte superior derecha y se traslada a otro lugar, que vaya a quedar de-ntro de la imagen, fusionándola con el fondo, lue-go se mejora el enfoque y se aplica brillo y con-traste. Para finalizar, se eliminan las letras me-diante clonaciones.

7. Se inicia la creación de una serie de jarro-nes recortando su figura, suavizando su contorno, aumentando el enfoque y sumi-nistrando intensidad cromática.

6. El fondo se concluye colocando dos copias de la imagen 5. sobre la 3., y administrando una fusión de color claro a una copia y una de luz suave a la otra, añadiendo des-pués brillo y contraste.

8. y 9. Se le da al jarrón un contorno delga-do de color, se multiplica la pieza, se ali-nean todas ellas y se da una opacidad diferente a cada una de forma gradual. Detrás se coloca la banda inferior (detalle de una obra propia denominada “Arribando a la abstracción 14”, Sep-tiembre de 2007), se recorta con la for-ma de los jarrones, se somete cada frac-ción a la misma opacidad que ellos y se fusiona.

11. Se comienza su modificación aumentando el enfoque, recortando la imagen y eliminado el velo del hombro practicando clonaciones; luego se genera su contorno en una capa independiente; a conti-nuación, se ajusta el color añadiendo tono rojo y, por último, se bo-rran zonas total o parcialmente y se reduce la opacidad del cuerpo, excepto del pubis y los pechos que se colocan en otra capa.

10. Para preparar el personaje femeni-no, se selecciona una imagen de Internet en función de las preten-siones que se tienen.

14. Se monta la figura femenina colocando el cuerpo con las transparencias realizadas (imagen 11.) sobre la silueta térrea.

12. y 13. El fondo del cuerpo desnudo se confeccio-na utilzando una fotografía propia de una tierra arcillosa reseca. Se procede recortando sobre ella la silueta de la figura e intensificando su en-foque.

15. El trabajo queda concluido situando los jarrones seriados encima de la figura femenina sobre tierra (imagen 14.), y el fondo de pintura y maquinaria de reloj (imagen 6.) bajo esas dos capas, sin que sea ne-cesario practicar ajustes adicionales.

TÍTULO: “Presencias ocultas”. (Juego de ambigüedades) MEDIDAS: Variables. FECHA DE REALIZACIÓN: Noviembre de 2014. FOTOGRAFÍAS EMPLEADAS: Once tomas propias (una de tierra, una de jarrón, tres de paredes, una de cortina, una de persiana, una de mesa y una de pieza de herramienta) y una de maquinaria de reloj y otra de un desnudo femenino, toma-das ambas de Internet. TÉCNICA: Construcción fotográfica con recursos digitales. COMENTARIO:

Esta construcción fotográfica se mantiene explícitamente en el terreno de la indefinición, de la ambigüedad total, tanto en sus elementos y en el tratamiento de los mismos, como en su contenido semántico y en su denominación; tal es así que existen dos versiones de ella con múltiples variaciones. Pre-senta diferentes simbolismos. El título, “Presencias ocultas”, se compone de dos términos aparentemente antagónicos, que parece que plantean una pa-radoja, pero no es así en realidad. El vocablo presencia expre-sa la existencia de algo en un lugar y momento determinados, de algo perceptible, aunque también puede existir ese algo y ser imperceptible. Con esta segunda posibilidad es con la que conecta el adjetivo ocultas; es decir, en este trabajo están pre-sentes una serie de componentes (tantos como fotografías em-pleadas más el contorno de la figura femenina), que de dife-rentes maneras y en distintas medidas, permanecen ocultos, velados, secretos, posibilitando diversos grados de conoci-miento y, por consiguiente, de desconocimiento. Los más evi-dentes (la mujer, el contorneado, la tierra, el reloj y la serie de recipientes) se nos muestran parcialmente, puesto que empleo imágenes incompletas, pero también porque hay zonas de los mismos más o menos transparentadas. La mujer, protagonista de la obra, está presente en sus de-talles más relevantes y se va borrando poco a poco, dejando

entrever y ver lo que a ella subyace. El contorno dibujado reafir-ma su presencia, aunque, paradójicamente, remite a esa otra silueta que la policía científica dibuja en la escena del crimen antes de levantar el cadáver, que marca una ausencia, no ya una presencia. Además de esta presencia parcial existe otra de tipo anímico, al tiempo que se vela. La superficie de la tierra es coincidente con la figura femenina, apareciendo cuando ésta se oculta y encubriéndose cuando la mujer aparece. Ambas se identifican, apelando a la conexión que establecen las cosmogo-nías tradicionales, puesto que en ellas la tierra asume el papel de elemento femenino, receptivo y nutricio y es considerada Ma-dre Tierra, matriz universal. La tierra es, pues, símbolo de la fe-minidad, considerada en cualquiera de sus usos (suelo de culti-vo o erial, material de construcción y hábitat, materia modelable y torneable, elemento lúdico…, incluso lugar de enterramiento, de reintegración al seno materno. El reloj, instrumento de medida del tiempo natural en unida-des convencionales, introduce en la obra la dimensión temporal, que establece el momento de la presencia en el espacio. Ade-más de su función práctica, al convertirse en objeto de joyería ha adoptado otra estética, de decoro y distinción, de mera apa-riencia -otra acepción de presencia-. El reloj es un símbolo de la existencia fugaz del ser humano, representa el paso del tiempo, la vida y la muerte, en sintonía con la tierra y la mujer contornea-da. El recipiente seriado, vasija funcional, simboliza lo femenino, como cualquier continente, dotado además de formas curvas. Es el mismo recipiente con fondos y transparencias distintos, se-cuenciado a modo de balaustre delimitador, al tiempo que alude a los polípticos warholianos de modelos estelares repetidos, aunque con más calidez, asociados a los retablos sacros, y que apunta en este caso a cierta idolatría de la mujer; curiosamente los creyentes piensan que sus divinidades no están, no se ven, pero se sienten, concibiéndolas como presencias ocultas.