Es un sitio privilegiado para el crecimiento y desarrollo de las personas, constituida como núcleo que da origen a una primera sociedad, llamada por vocación y por misión a orientar a acompañar en el proceso de crecimiento y madurez de cada una de las personas que la constituyen.

Generalmente se dan dos patrones:

El primero, muy tradicional donde se confunde autoridad por autoritarismo.

El segundo corresponde a esta generación de padres que se van al extremo y es el permisivismo.

El autoritarismo trae efectos contraproducentes:

Pierde el afecto por sus progenitores engendrando en su tierna mente el rencor y el odio.

El permisivismo, es débil,

se da rienda suelta a las emociones, infundiendo en el niño inseguridad, falta de dirección, por no tener una guía.

Método autoritario: por ser tan drástico y duro, perjudica únicamente al individuo que es reprendido.

Método permisivo: el infractor irá arrastrando en sus períodos de violencia y descontrol a cuantos tiene que tratar directa o indirectamente con él.

No irse a los extremos, tomar lo positivo de cada método antes nombrados.

Aplicar la estrictez pero apelando al raciocinio, los mejores sentimientos y deseos de cooperación del niño.

Se aplica la disciplina, la corrección de forma constructiva, esperando una reacción positiva del niñ@

Cuando los hij@s llegan a la adultez solo tienen palabras de agradecimientos y alabanzas para sus padres.